Los tratamientos de fotorejuvenecimiento son llevados a cabo con equipos de luz pulsada intensa o IPL. La luz emitida estimula los fibroblastos o células sintetizadoras de colágeno, traduciéndose en un cutis más firme, con mejor calidad de la piel. También es muy eficaz para homogeneizar el color cutáneo al eliminar manchas y venitas, ya sea en cara, escote o manos. El efecto es de una piel mucho más luminosa y joven.
El paciente se colocará unas gafas de protección. Se aplicará un gel frío en la zona a tratar, y se procederá a ir pasando la luz en forma de pulsos o disparos por toda el área.
En los intervalos entre sesiones será muy importante no tomar el sol, y siempre que se vaya a estar expuesto aplicarle una protección solar.
Se realiza una sesión al mes. El número de sesiones dependerá de cada paciente. Lo habitual son 4 sesiones.
Los días posteriores al tratamiento, principalmente la primera semana, el paciente se aplicará una crema regeneradora además de protección solar. En caso de que el tratamiento fuera para eliminar manchas, se puede asociar una crema despigmentante de uso domiciliario.
Lo mejor es que no es un tratamiento nada agresivo y el paciente no tiene que interrumpir su vida cotidiana en absoluto.